Cada día leo en los medios informativos que, diferentes sectores de trabajo (agrícolas, ganaderos, etc.), solicitan al Consell de Formentera subvenciones monetarias para poder continuar con sus actividades.
Las quejas sobre los aumentos de precios de los combustibles, de la electricidad, del costo en general de mantener un comercio o una empresa y, por supuesto, los aumentos de los impuestos, hacen que sus estabilidades laborales sean inciertas.
Hay que darse cuenta que los subsidios («las ayudas») no solucionan una inviabilidad empresarial, sino que sólo la sostienen artificialmente. Me recuerda al New Deal de EEUU en el crack de 1929- 1933, donde se sostuvo con aumento del gasto público el pan de los trabajadores; esa medida proteccionista no fue una verdadera solución, sino un error económico para todos a corto y largo plazo, ya que la curva de crecimiento del país se mantuvo como una meseta horizontal por años, hasta el mismo ingreso en la 2° guerra mundial en 1941.
Sepamos que esas subvenciones provienen de los impuestos aplicados a los sectores laborales que logran sobrevivir económicamente, limitándoles por tanto la capitalización empresarial. Para colmo de males, dichos impuestos son “crecientes”, o sea, que si crecen como empresa les tributan mayores porcentajes extractivos, impidiéndoles así el tan necesario y merecido crecimiento. Se trata de multas adaptadas al éxito empresarial, que me hacen compararlos con un esclavismo laboral.
Por lo tanto, cuando el Estado “redistribuye” la riqueza ajena para tapar los pobres que genera su mala gestión, somos testigos de cómo se sostiene al insostenible, y se pone en riesgo al que logra sostenerse.
Finalmente, esa dinámica de repartición del patrimonio ajeno limita en ambos casos la contratación de trabajadores: al rescatado porque no logra capitalizarse más allá de la ajustada ayuda que reciba – y no le alcanza para expandirse-, y al que produce porque está siendo descapitalizado a medida que crece -y no puede multiplicar su tamaño-.
Políticamente existe otra forma de administrar una economía, y se basa en disminuir el gasto público y poder así bajar los impuestos a todo el sector laboral. De esta forma ya nadie necesita una subvención económica y puede crecer a su propio ritmo y financiarse por sus propios medios. Ahora ambos grupos ya no dependen del intervencionismo estatal, y tienen músculo económico suficiente para trabajar y dar trabajo.
me distrae leer a estos «opinadores» sobre temas sociales y económicos que patinan por todos lados. Reafirman mi opinión.
Hola Flipat. Escríbenos porfa tu opinión. Sube datos. No te quedes en un comentario sin contraste. Gracias.