El presidente del Parlament de les Illes Balears, Gabriel Le Senne (Vox), no pasa por sus mejores momentos. Y sospecho que un jurista y hombre de leyes como él, de carácter tranquilo, parco en palabras y reflexivo, no ha de sentirse cómodo en el centro de la polémica política.
El ejercicio de su responsabilidad como presidente de la Cámara autonómica no está resultando sencillo. Cuando no son pitos, son flautas. Sin embargo, las cosas han cambiado porque hasta ahora, de un modo u otro, los sobresaltos le afectaban casi sin comerlo ni beberlo, pues los protagonizaban otros, aunque le salpicasen a él, a veces colateralmente, a veces de lleno. Pero de unos días a esta parte, él se ha convertido en el actor principal de episodios lamentables, que debió evitar a toda costa para preservar su figura de presidente de la cámara legislativa.
La semana pasada se significó oponiéndose a un acuerdo de la Mesa para colgar la bandera LGTBI en la fachada del Parlament el 28 de junio, Día del Orgullo LGTBI. Se quedó solo votando en contra y tildó de “traición” que el PP no le secundara, como sí hizo el año pasado, en plena negociación entre PP y Vox para asegurar la investidura de Marga Prohens como presidenta del Govern.
No parece haberse repuesto de aquel revés, pues ha recurrido el acuerdo de la Mesa, ya se pueden ustedes imaginar con qué éxito, pues la exhibición de la bandera arcoíris en las instituciones se estuvo haciendo entre 2015 y 2022 sin ningún problema. Pero eso fue antes de que Vox presidiera el Parlament. Estamos ante un tema aparentemente menor, pero muy sensible para muchos ciudadanos; aunque no para los votantes de Vox.
Pero lo ocurrido este martes es inadmisible. Cuando las diputadas socialistas que integran la Mesa, Mercedes Garrido (vicepresidenta segunda) y Pilar Costa (secretaria segunda), situadas en los dos escaños a la izquierda del presidente, mostraron retratos de represaliados del franquismo como protesta por la toma en consideración de la derogación de la Ley de Memoria Democrática, que exige Vox, el presidente Le Senne, visiblemente molesto al comprobar que no los retiraban “por las buenas”, les ordenó retirar las fotografías “para garantizar la neutralidad de la Mesa”. Garrido le inquirió en base a qué artículo del Reglamento les ordenaba retirar los retratos. Y Le Senne, las llamó al orden una primera vez, luego una segunda y finalmente una tercera y las expulsó del salón de plenos. Pero no se contuvo y con su mano izquierda, trató de cerrar el ordenador portátil de Garrido y de retirar la fotografía que allí había situado la marrullera diputada socialista, rasgando uno de los retratos a su alcance de “Las Rojas del Molinar”, con Aurora Picornell.
Se trata de un acto violento e irreflexivo, de pura rabia, que le inhabilita para seguir presidiendo el Parlament. Por más disculpas que pida, por más que se arrepienta del gesto protagonizado, no puede ni podrá por más que quiera, seguir moderando los debates a partir de ahora. Y él lo sabe.
Le Senne se confió y cayó en la trampa tendida por Garrido y Costa, quienes, como Tom Cruise en ‘Algunos hombres buenos’, sabían a ciencia cierta que, ante la debida provocación, primero sutil y luego desafiante, Jack Nicholson, digo Gabriel Le Senne, acabaría picando el anzuelo y confesando a grito pelado, como el coronel Nathan Jessep, que él había ordenado el Código Rojo: “¡Por supuesto que lo hice, joder!”.
Garrido y Costa se relamen con la astucia de quienes saben que han ganado la partida por la torpeza del rival.
Joan Miquel Perpinyà
Yo no veo la astucia por ningún lado, sólo las ganas de provocar. Y cierto que el otro perdió los papeles.
Cuando a Vinicius le tiran un plátano la gente repudia al provocador, y me parece correcto. En este asunto, lo mismo.
Sí, pero en este caso el que se revuelve y repele la provocación en contra del ‘jugador’ es el árbitro, que por este hecho debe de dejar de dirigir ‘partidos’ de forma inmediata y para siempre por no ha sabido estar a la altura de su cargo y cometido. Totalmente de acuerdo en lo que dices, MTR, pero creo que este matiz es importante.
Bueno, pues yo veo que el que tira el plátano es el linier.
Juegos de patio infantil en vez de trabajar para los que pagan sus sueldos.
Este cerdo no debiera estar dode está. Y a este cerdo le votaron muchas personas que no creo que compartan sus cerdadas.
La memoria histórica es una ley que hay que respetar.
Si se respetase la ley de ka memoria histórica no pasaría lo que está pasando. Los asesinados tienen que ser respetados. No solo los del bando vencedor, que ellos ya obtuvieron sus honrras. También tienen que ser honrados los asesinados por los golpistas
Te’n fotries igual, pseudo-periodista de gràcil ploma, si papito Le Senne hagués esguerrat una foto d’algun guàrdia civil, o d’algú del col·lectiu LGTBI+, … O d’alguna combinació d’aquestes dues modalitats que li resultàs aberrant?