Tranquilos, el título de hoy no es un ramalazo pesimista. El crudo al que quiero referirme es a la estrella de la civilización moderna: el petróleo.
Se han necesitado de miles de años para poder disponer de este recurso tan preciado y sólo cien para agotarlo.
Recuerdo cuándo hacia los 90, en plena borrachera energética, se alzaron las primeras voces de alarma advirtiéndonos de lo peligroso que era malgastarlo. ¿Pero para qué escuchar a los científicos? Esas voces fueron rápidamente silenciadas cortando de cuajo la financiación de los estudios. Pero lo poco que legaron fueron probablemente los estudios más fiables en esta materia y vaticinaban que, de seguir al ritmo actual (el de aquel entonces) el crudo se acabaría para el año 2020. El ritmo no sólo no ha disminuido sino que ha ido en aumento, es de suponer que las reservas están muy mermadas cuándo, en contra de la voluntad pública, se realizan prospecciones caras y peligrosas en las inmediaciones de las costas, véase el artículo titulado «A Eivissa li queden dos anys, a no ser que ens unim per evitar-ho» publicado en este mismo noticiario para hacerse cargo de la situación.
Ahora les pido un ejercicio de reflexión, ¿de verdad creen ustedes que gobiernos que no han sabido prever una crisis financiera están capacitados para afrontar una crisis energética?
Mi conclusión es bastante pesimista, es de cajón que tarde o temprano el petróleo se acabará y las consecuencias serán desastrosas, si a usted le parece que la crisis actual es mala, yo opino que la que está por venir será muchísimo peor y dejará pocos títeres con cabeza. De hecho, mi preocupación es tal, que si publico estos artículos no es por otra cosa sino tener la esperanza de que el día de mañana no me quede solo, si es que quedo.
Todas las energías disponibles provienen en última instancia del Sol, excepto la nuclear, pero la nuclear no es viable para el ritmo de consumo que llevamos, baste decir que el accidente de Chernobil en 1986 multiplicó por ocho la dósis de radiación que recibimos en forma de lluvia radiactiva, un centenar de estos accidentes pondrían en peligro nuestras vidas y para abastecer el ritmo que llevamos se necesitarían miles de centrales. Todo esto sin contar que los residuos generados por una central nuclear tardan varios miles de años en dejar de ser nocivos para la salud. No es un juego, si se llegara a especular con este tema no acabaría explotando una simple burbuja, sino un vulgar planeta.
Mi consejo es que, de momento, nos adaptemos a lo que llueve, el Sol proporciona suficiente energía para vivir relajadamente y nuevas energías están por venir muy pronto, pero están siendo constantemente zancadilleadas por intereses muy avaros y egoístas, en el futuro pondré los puntos sobre las íes acerca de este asunto si me lo permiten.
No es una curiosa coincidencia que las mayores concentraciones de petróleo se encuentren en la cuna de la civilización. Estamos quemando la memoria de nuestros ancestros para vivir a todo trapo. Y si piensan
que esto no puede tener consecuencias cometen un grave error puesto que el equilibrio natural de la naturaleza está siendo forzosamente descompensado y podemos vaticinar que ésta lo solucionará de un plumazo borrándonos de la faz de la Tierra si fuera necesario. Todos y cada uno de ustedes podrían ser cómplices responsables del mayor genocidio de la historia de la humanidad que se consumaría sino en el desmantelamiento total de las ciudades que si se mantienen es gracias a algo tan frágil como el petróleo, en forma de catástrofes naturales cómo ya está empezando a suceder en la actualidad.
Ahora ya no vale pensar que nosotros no llegaremos a verlo y aunque así fuera supondría una grave contradicción, ya que si la motivación de su existencia está basada en su descendencia, está haciendo un flaco favor a sus hijos. No sólo no comparte su tiempo porque siempre está trabajando, sino que además, les está legando una herencia abominable.
Sin servidumbre no hay amo: dejen de trabajar para los demás, dejen de consumir, dejen de votar, dejen a los políticos con sus necias palabras en la boca o serán engañados… otra vez. Nadie en su sano juicio puede pretender adquirir la responsabilidad de decidir por los demás si no es por su propio interés. El orden viene impuesto por la propia naturaleza y supone un vano esfuerzo intentar contradecirlo. Ocúpense de los suyos, nadie mejor que usted para explicarles lo que les conviene. Sería una lástima que una civilización a las puertas de la eternidad desapareciera por culpa de unos pocos irresponsables cuya principal ocupación es difamar la verdad.
Comprendo que no es una decisión banal, probablemente usted lleva toda la vida trabajando, al empezar le prometieron unos privilegios y ahora amenazan constantemente con quitárselos, todo a su alrededor está minuciosamente preparado para que parezca que la vida es complicada y que usted es un privilegiado, han creado un universo de violencia y maldad para infundarle miedo con la única intención de apropiarse de su voluntad, todo está manipulado para que usted tome decisiones predeterminadas. Debe usted saber que la naturaleza no es así y que le están vendiendo tanto el remedio como la enfermedad.
Si alguna vez se siente verdaderamente libre tomará consciencia de una vida desperdiciada.
No me cabe la menor duda de que el comportamiento que mueve al mundo no viene dado por el amor, el sexo, el altruismo ni la vanidad, sino por la curiosidad. Si usted investiga por su cuenta llegará forzosamente a las mismas conclusiones que yo, puesto que verdad sólo hay una que puede comprenderse de dos maneras: por los hechos o por las matemáticas.
Hoy no acabaré citando a nadie porque me ha dado tal bajón que voy directo a la cama, al menos no tengo que ir a trabajar, ni mañana ni nunca.
Si me disculpan…