@Miguel Vidal / La Liga en Primera División llega a su punto álgido, y lo hace donde siempre se ha dicho que las dos últimas jornadas son una merienda de chinos. Quién no ha hecho sus deberes las treinta y seis jornadas anteriores que no aspire a probar en las dos últimas: vuelan los maletines en forma de primas a terceros. Sí, sí, estas primas que Rubiales, presidente de la AFE, pide públicamente que se legalicen.
Pero el fútbol tiene de interesante que es una caja de sorpresas. Decía Di Stéfano en sus tiempos de entrenador que en fútbol “el ayer ya es mañana”, refiriéndose precisamente a que no ocurre nunca nada que no se sepa, pero siempre con un envoltorio diferente que lo hace nuevo. Lo nuevo en el caso de ésta jornada de cábalas y transistores es que por arriba la lucha por el título no admite componendas y por abajo hasta nueve equipos están inmersos en la lucha por el descenso y la permanencia. Así que todos a jugar a la misma hora y a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Espanyol- Osasuna, Getafe-Sevilla, Granada- Almería y Betis-Valladolid son los puntos más calientes.
Antiguamente los periódicos deportivos de tirada nacional solían tener unos redactores que jugaban el papel de adivinos y que se hacían llamar “magos”. José Lestón Fabeiro era el “mago” del Diario AS y Acisclo Karag el del Diario Marca. No acertaban casi nunca en sus pronósticos, pero tenían multitud de seguidores. Ahora los periódicos han perdido su concepto de nacionales porque la irrupción de los digitales y su universalidad así lo dictamina. Incluso este artículo lo pueden leer al mismo tiempo mi amigo Paco López Estebánez sentado tranquilamente frente a Es Vedrá, como lo hace todos los domingos Isaac Adorno en el Campo 9 de Paraguay.
La información ya no admite fronteras, ni el fútbol “magos”. Cuando el Real Madrid comenzó el 8 de septiembre de 1955 su aventura europea en el campo del Servette suizo, Alfredo Di Stéfano, sorprendido porque sólo habían ganado 0-2, dijo una frase que como muchas de las suyas ha quedado para los anales: “En fútbol hasta el más tonto hace relojes”.
Pues, eso. Nada de pronósticos, nada de cábalas y transistor en mano a verlas venir. La jornada no está para bollos.
Justamente, amigo Miguel, estaba yo explicando lo mismo a Maru comiendo tranquilamente en una terraza y con una jarra de sangría bien fresca. Y le explicaba eso de que los fans dicen «¡Vamos a ganar…!», y yo siempre digo «Vamos a jugar…!», y el tiempo (en este caso 90 minutos)pone cada cosa y a cada uno en su lugar.
Te agradezco haber pensado en mí en tu comentario, que cada domingo leo con gran atención. Sigues siendo un gran maestro en todo lo que escribes… aunque se trate de deportes !!!