Carta a Noudiari / A principios de 2018 nació la plataforma ciudadana Mos Movem para denunciar la imposición del catalán en todos los ámbitos de la administración y, especialmente, en el sanitario y educativo. A modo de recordatorio, nuestra primera actividad fue la de manifestarnos en Menorca y Mallorca en contra del requisito del catalán en el IBSalut.
Fieles a nuestro objetivo, no hemos perdido ocasión de señalar, por activa y por pasiva, las consecuencias nefastas de la imposición del catalán a los profesionales de la sanidad en las islas. Tanto como requisito inicial para presentarse a oposiciones como para poder avanzar en la profesión, es evidente que cualquier obligación lingüística, más allá de lo que dicta la razón, tiene un efecto disuasorio que desalienta la captación y permanencia de muchos profesionales sanitarios. Es un hecho que el requisito del catalán es la dificultad más importante a la que se enfrentan los profesionales sanitarios a la hora de decidir venir a instalarse en las islas.
Baleares ha sido hasta ahora la única comunidad autónoma que prima el catalán (lengua de otra comunidad) por encima de garantizar el número de médicos y personal sanitario necesario para dar a los residentes en las islas un servicio de igual calidad que el que reciben los ciudadanos en cualquier otra comunidad autónoma española. Para justificar su decisión indigna, el gobierno balear (GOIB) ha repetido incansablemente que nuestras reclamaciones eran meras conjeturas, que no había escasez de médicos, que el catalán nunca era un impedimento y que en cualquier momento se podían cubrir las plazas vacantes. A estas alturas, a nadie se le escapa que esa obstinación del GOIB se centra en la lengua como vehículo de todo un paquete de intereses nacionalistas y garantía de la supervivencia de sus chiringuitos.
Dijera lo que dijera el GOIB y sus apoyos separatistas (también su reciente invitado, el inhabilitado expresidente Torra), de golpe y por desgracia, todo lo que MosMovem ha venido pidiendo se ha hecho evidente a través de una emergencia epidémica causada por un virus. Un virus invisible que le está plantando cara a un gobierno que antepone su ideología al bienestar de sus ciudadanos. Un virus que infecta sin distinguir a los ciudadanos por su lengua y al que sólo se pueden enfrentar los buenos profesionales.
Serán esos profesionales, bien preparados y trabajando a destajo, los que resolverán la crisis: médicos y personal sanitario que se desvelan por dar el mejor cuidado posible a los enfermos, investigadores que buscan un tratamiento a la enfermedad y una vacuna para el futuro. Con certeza ahora, y siempre, lo que menos importa a los enfermos y a sus familiares es que los profesionales sanitarios tengan un diploma de determinado nivel de catalán. Que alguien del gobierno de la Sra. Armengol se atreva a decir lo contrario.
Por Plataforma Mos Movem, en marcha, let’s go.
Dir que els idiomes no salven vides és no tenir ni peixetera idea de teoria de la comunicació. Mesclar l’aplicació de l’oficialitat del català amb la crisi del Covid-19 és, senzillament, de miserables. El nacionalisme espanyol embafa fins al màxim. Heu vist mai un nacionalisme tan incisiu a l’hora de fer ús de les més baixes passions. Salut, enteniment… i competència lingüística i professional!
Esta vez si que no puedo estar de acuerdo con vd. yo quiero que un médico me Cure en el idioma que sea, si habla catalán me da igual , pero que me cure.
Su amigo el Sr. Torra, ya ha tenido que quejarse por que el Presidente Sánchez ha recuperado el mando de todas las policías del Estado y de todo el sistema sanitario del país al gobierno central.
Quim Torra, lo que tiene que hacer es callar, ya que no puede representar a nadie, por estar inhabilitado.
Absolutament d’acord, Bernat. O no en tenen ni idea o, com dius, són uns miserables. Crec que ambdues coses.
Quina mandra haver d’estar en plena crisi parlant de llengua.
Si hi ha dificultat per trobar funcionaris és perquè ser funcionari a altres indrets d’Espanya és molt millor pel cost de vida (principalment, habitatge, però també insularitat). Aquest problema també el té el sector privat.
Una vegada s’ha dit això, el català ha de ser un extra en forma d’accés prioritari i major remuneració, no un requeriment.