Los jets privados están en el centro del debate sobre el cambio climático, sobre todo en destinos turísticos como Ibiza, donde estas aeronaves operan con mayor habitualidad que en otros lugares. Un estudio publicado en Nature –del que ha informado detalladamente Noudiari–, destaca el impacto ambiental de la aviación privada de aviones a reacción, cuyas emisiones de CO₂ supusieron hasta el 1,8 % del total de la aviación comercial en 2023.
Hay quien plantea prohibir el aterrizaje y despegue de jets particulares en Ibiza, una medida que teóricamente serviría para reducir las emisiones de gases contaminantes, aunque sólo mientras operen en las proximidades de la isla. Sin embargo, esta decisión de dudosa efectividad medioambiental, sólo trasladaría el problema a otros lugares que recibirían estos vuelos sin restricción. Una prohibición sería efectiva únicamente si se aplicara a nivel europeo o global, y actualmente esta idea parece poco viable.
Además, la exclusividad y comodidad de los vuelos privados hacen que sus usuarios, gente potentada, difícilmente dejen de usarlos. El hecho de pagar más impuestos, en caso de tener que hacerlo, no representa un obstáculo para quienes pueden permitirse este lujo, lo que demuestra que el simple principio de “quien contamina, paga” no es suficiente para disuadir a los ultra-ricos de seguir contaminando.
A nivel práctico, las medidas fiscales y tributarias deberían ir acompañadas de exigencias concretas, como los combustibles sostenibles para aviación (SAF), aunque aún no están disponibles para uso generalizado. Esta será una opción viable en el futuro. Además, la regulación debería priorizar la reducción real de emisiones en la industria del transporte aéreo.
Muchos se preguntan por qué unos pocos pueden permitirse contaminar tan desproporcionadamente. Pero de nada sirve que no lo hagan en el aeropuerto de Ibiza si lo hacen en el resto del planeta. A fin de cuentas, el cambio climático no depende de lo que decida hacer una isla minúscula, sino lo que hagan la gran mayoría de países.