Los partidos PSIB, Més per Mallorca y Unidas Podemos evitan que la presidenta del Govern, Francina Armengol, comparezca en el Parlament para dar explicaciones de su participación en el ‘caso Puertos’ y en el presunto amaño del concurso de la dársena del Puerto de Ibiza para que resultara ganador el Club Náutico de Ibiza.
Los miembros del Pacte de Bellver que integran el Govern no consideran que los whatsapp que la presidenta se cruzó con el presidente de la Autoridad Portuaria de Balears, Juan Gual de Torrella, sean razón suficiente para que ella deba dar explicaciones.
Resulta paradójico que Més per Mallorca y Unidas Podemos, que siempre han presumido de ser auténticos azotes contra la corrupción y que exigieron la cabeza de Juan Gual tras su detención por la Guardia Civil en julio de 2020, ahora no vean razones para que la presidenta arroje luz sobre su papel en el asunto. Eso se explica porque realmente nunca les ha importado la corrupción, sino que lo que han pretendido en todo momento es aparentar firmeza contra la corrupción siempre que fuera de otros partidos y no la suya.
Resulta deplorable comprobar cómo Aitor Morrás, el otrora combativo diputado de Podemos que pedía comisiones de investigación a la menor irregularidad, ahora mira hacia otro lado ante una modificación en tiempo récord del deslinde marítimo terrestre para aumentar la edificabilidad en un solar de Talamanca, tramitado por una promotora representada por el marido de la portavoz del PSOE, Pilar Costa. Ahora ya nada le parece sospechoso, porque no es lo mismo gobernar que estar en la oposición. Sus parámetros morales parecen haberse desplomado desde que es concejal de Vila.
Lo más triste es que los mismos que forzaron a Armengol a cesar a Juan Gual, ahora ni siquiera vean conveniente que la presidenta del Govern comparezca en el Parlament para dar explicaciones.
Quién les ha visto y quién les ve.