A pesar de que cualquier alusión a las drogas pudiera ser alarmante o preocupante y aún a riesgo de ser etiquetado como politoxicómano me gustaría compartir con ustedes la siguiente reflexión no sin antes recalcar que en este punto no me encuentro influenciado por los efectos psicotrópicos de cualquier sustancia que pudiera estar injusta, inútil, estúpida y sorprendentemente catalogada como ilegal.
Partiendo del axioma de que somos seres químicos, deberíamos conjeturar la posibilidad de que el propio alimento fuera droga y que las diferentes combinaciones de los 92 elementos químicos que pueden conformar el cuerpo humano definieran nuestra personalidad, identidad, capacidad, responsabilidad, ego, alma o consciencia que a su vez se integraría en un entorno también químico en el que debería encajar cual pieza de puzzle si no quisiera verse rechazado por no encontrar los enlaces covalentes que lo mantuvieran unido a la red.
Me gustaría observar que las combinaciones de proporción de 92 elementos es una cifra muy alta, pero no infinita y que los físicos ya han desentrañado al humano matemáticamente hablando; que no a la sociedad, cuyas aspiraciones recaen en las famosas y cada vez más aceptadas teorías de cuerdas.
Paul Dirac dedujo en 1928 la fórmula que describe el «yo» de una forma tan descarnada, simple y bella que produce escalofríos:
Nótese que su aplicación arroja tanto valores positivos como negativos para la propia materia describiéndola más bien como un pulso, onda, fluctuación, vibración o transición dependiente de un entorno espacio-temporal que como el momento único, instantáneo, fotográfico e inanimado que se almacena en nuestros recuerdos lo que significa que en circunstancias normales percibimos un porcentaje muy limitado de todo lo que conforma la realidad. Es como si sólo pudiéramos captar un fotograma de cada muchos de la película que es el entramado real y la sintonización o sincronización de estas pautas dirigieran la afinidad social o como si en un momento determinado cada uno de nosotros fuera sólo una nota de la melodía universal y junto con el resto de las notas se conformara la forzosa harmonía que guía los sucesos en el Universo.
Si bien relacionar la conciencia con la materia es una interpretación laxa resultaría desconcertante saber cómo, dónde, cuándo, de qué y por qué estamos hechos y que siguiéramos acatando las directrices de un dios o cualquier otro intento de autoridad.
Recordemos al alquimista, médico y astrólogo Paracelso (1493-1541) quién pronunció la célebre frase «No hay veneno sino dosis» cuya interpretación sigue simbolizándose en la copa de Higía, la imagen de la serpiente enroscada en una copa que representa la farmacéutica aún hoy en día.
A estas alturas me atrevo a suponer que las prohibiciones se imponen sobre cualquier objeto de abuso que pudiera derivar en muerte como son las drogas, el exceso de velocidad, la violencia de género o el derecho al aborto limitando un margen de convivencia cada vez más estrecho y demostrando la incapacidad, pasividad u holgazanería de los legisladores en contra de la educación, culturización y fomento de la capacidad de comprensión de la sociedad a fin de que las consecuencias de nuestras acciones no deriven en imprevistos y desgraciados acontecimientos que a todas luces perturban su comodidad, pero si tiene usted sentido común deberá estar de acuerdo conmigo en que estas prohibiciones no erradican en absoluto dichos comportamientos y que lo único que dan a entender es un vulgar y descarado lavado de manos que deberíamos ignorar con tanta indiferencia como nosotros a ellos les inspiramos y que resulta hilarante el que pretendan controlar algo que surge de forma espontánea y natural como si tuvieran la capacidad de influir en las decisiones que toma la mismísima naturaleza.
Predicando con ejemplos, a cualquiera que se sintiera apesadumbrado y le fuera negada o desconfiase de la muy recomendada seguridad social le aconsejaría absorber la cantidad adecuada de información que le asegurara las máximas garantías de un uso sano y responsable de cualquier droga a lo que contribuiré con unas pocas referencias:
http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Escohotado
http://www.cannabis-med.org/spanish/studies.htm
http://perueconomico.com/ediciones/63-2011-nov/articulos/1138-si-la-ciencia-de-la-hoja-de