La Dirección General de Tráfico (DGT) reacciona a las impactantes y crecientes noticias de conductores temerarios que, encima, graban sus fechorías al volante y las cuelgan en las redes sociales, que hace falta ser descerebrados.
Desde la Jefatura Provincial de Tráfico de Balears se anuncia la puesta en marcha de una campaña de intensificación de la vigilancia aérea de las carreteras de Eivissa (y las de Balears en general) con drones.
La tecnología permite que muchas vías secundarias que, en general, son objeto de escasa vigilancia en circunstancias normales por parte de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, ahora puedan ser controladas mediante drones, que son mucho más baratos y fáciles de operar que los temidos helicópteros azules y amarillos, que tan esporádicamente han sobrevolado las Pitiusas.
La DGT asegura que el operativo se mantendrá hasta el final de la temporada veraniega, con el fin de prevenir accidentes. Falta hace, porque los conductores negligentes no sólo proliferan, sino que ahora hacen ostentación de su irresponsabilidad en las redes sociales, algo que también se persigue por parte de la Guardia Civil de Tráfico.
Sin embargo, los anuncios de la DGT chocan con la escasa presencia de motoristas que se observa en las carreteras de las Islas, especialmente en la red secundaria, que en verano experimenta un notable incremento de la siniestralidad. Pocos guardias y pocos radares, esa es la percepción que la mayoría de usuarios tiene. Eso provoca que los desaprensivos se arriesguen a infringir las normas, porque la probabilidad de que los pillen es más bien poca.
Si los drones permiten detectar infracciones graves que hasta ahora eran difíciles de perseguir, bienvenidos sean. Sólo nos queda animar a los operadores de estos avanzados aparatos a que no desfallezcan, que no pasen ni una, porque hace falta mano dura.
Y a los responsables del Ministerio del Interior, recordarles que hacen falta más profesionales encargados de la vigilancia del tráfico, con mejores medios y más motivados, para meter en vereda a quienes ponen en grave peligro a los demás usuarios de las carreteras, además de a sí mismos.
Si a carreteras saturadas por un exceso de vehículos, muchos de ellos comandados por conductores que no están familiarizados con la red viaria de Eivissa, sumamos abuso de alcohol y drogas, y no acompañamos con una insuficiente vigilancia por parte de policías locales y guardias civiles, el cóctel es explosivo.
Y no creo que los drones de la DGT basten para poner orden, porque además no vuelan las 24 horas del día.
Joan Miquel Perpinyà
Sin tantos agentes dedicados al turno nocturno, para controlar los desmadres provocados por la fiesta, su faltante presencia sería más bienvenida q la prsencia de drones.. q sí vigilan, y pueden solucionar a nivel multa, pero al no ser vistos no previenen y no evitan conducciones temerarias.