El diputado autonómico por la circunscripción de Ibiza, Maxo Benalal, ha pedido amparo al Tribunal Constitucional, al considerar que se vulneran sus derechos fundamentales como diputado.
El exvicepresidente segundo del Parlament, que fue expulsado del partido por el que logró su escaño -Cuidadanos- y sin el cual difícilmente se hubiese sentado en él, denuncia que como miembro del Grupo Mixto tiene menos medios y posibilidades de ejercer sus funciones, pues se le coloca en un rango «inferior o de segunda categoría», en comparación con los parlamentarios integrados en un grupo propio.
No le falta razón, pero debió pensarlo antes de maniobrar torticeramente para cargarse a la portavoz del Grupo Ciudadanos, al que pertenecía antes de que le echaran. Si pretendía que tras instigar un «golpe de timón» para descabalgar a Patrícia Guasp, le dejasen seguir en el partido y en la Mesa del Parlament, se equivocó estrepitosamente, como es de ver.
También se equivocó al creer que no tendría consecuencias el haber cobrado indebidamente 15.000 euros en dietas que no le correspondían y que le fueron reclamadas por el Parlament, y que su expartido asegura que aún adeuda. Naturalmente, algo así no puede pasar como si nada.
Ahora hay quien afirma que Benalal está a un paso de fichar por Vox, algo que cuesta creer porque ya les dio calabazas una vez, cuando le quisieron fichar en 2019. Además, nadie en sus cabales ficharía a un desecho de tienta que, al margen de no arrastrar votantes, tiene semejante currículum político. Haber cobrado dietas sin tener derecho a ellas y que se las haya tenido que reclamar el Parlament, no tiene precedentes en la historia de la Comunidad Autónoma. ¿Con ese candidato expulsado de Cs piensa concurrir Vox a las próximas elecciones en Ibiza? En el PP estarán encantados.
Así pues, es lógico que los ciudadanos se pregunten quién les ampara a ellos de políticos sin escrúpulos como Maxo Benalal, que ha batido todos los récords y parece determinado a seguir avergonzando a quienes un día le votaron en una papeleta de Ciudadanos Ibiza, creyendo que venía a regenerar la vida pública. Ilusos.