Resulta inaudito y descorazonador que, después de las informaciones que se han venido publicando desde los primeros días de febrero, cuando trascendió la gravísima situación por la que atraviesan los usuarios de Sa Residència Colisée, ningún responsable de Grupo Colisée haya dado la cara públicamente.
No se comprende cómo es posible que una multinacional como esta, con más de 358 centros residenciales, 30.600 camas en Europa y una plantilla de más de 19.000 empleados en España, Bélgica, Italia, Francia y China, sustente su estrategia comunicativa en el silencio más absoluto.
Según su página web, Colisée cuenta en España con 6.200 camas residenciales, 59 residencias en todo el país y más de 4.400 profesionales en plantilla. Con estas cifras abrumadoras, ¿creen que pueden hacer frente a la catarata de gravísimas irregularidades sin ofrecer explicaciones públicas? ¿Creen que esta crisis puede capearse haciendo mutis, sin que ningún responsable de una sociedad con unas cifras de vértigo, comparezca públicamente en rueda de prensa, para explicar por qué se ha llegado a esta calamitosa situación y qué se piensa a hacer para solucionar el drama que ellos han causado?
La actualidad informativa y la dinámica política nos lleva a poner el foco en lo que están haciendo los gobernantes al respecto, lo cual es comprensible e incluso muy necesario, porque llegados a este punto se requiere un golpe sobre la mesa con la contundencia equiparable a la gravedad de lo que se va sabiendo del trato dispensado a ancianos dependientes en cuanto a la higiene, alimentación y medicación.
Se alimenta la polémica entre qué Administración debe tomar cartas en el asunto y solucionar este desaguisado, que ya casi hay que calificar de criminal, si el Govern o el Consell d’Eivissa, mientras los directivos de la empresa propietaria siguen encerrados en sus despachos, sin dar la cara, sin responsabilizarse de lo sucedido, sin ofrecer garantías de que las cosas van a mejorar y en qué plazo. Y se fuman un puro.
Pero a quien hay que exigir explicaciones es, fundamentalmente, a la dirección de Sa Residència y a los directivos de Grupo Colisée, propietario del centro sociosanitario que ha degenerado en la casa de los horrores. Todos ellos tienen perfiles en la red social Linkedin, donde sacan pecho de sus pomposos cargos empresariales, que presumimos espléndidamente bien retribuidos a la vista de las cifras de negocio que la empresa registra en un ámbito donde los clientes no faltan. ¿Y no piensan dar la cara?
El CEO de Colisée España, Gerard Sanfeliu, ¿no piensa visitar Ibiza para comprobar si lo que se publica en la prensa, es real o no lo es? ¿No le preocupa el daño reputacional que está sufriendo la compañía que lidera? Ya vemos que el daño moral a los usuarios y a sus familias, en absoluto.
Cualquier empresa sobre la que se desatara una crisis como la que se vive en Sa Residència, trataría de asumir responsabilidades y se comportaría de forma transparente. Es justo lo contrario de lo que sucede en Ibiza. Y sólo por eso, todos los directivos de Grupo Colisée en España, cuyos nombres y apellidos podemos ver en su web corporativa, están inhabilitados para liderar nada que no sea un videoclub. Si tratasen con películas VHS, nos daría igual; pero tratan con personas vulnerables, lo cual lo hace todo aún más nauseabundo e intolerable.
Querido Joan Miquel, cuanta razón tienes. Hasta ahora, y en relación con estos personajes que nombras de Colisee, Govern y Consell Insular, lo único que sabemos a ciencia cierta es que bipedestan y saben mover los pulgares.
Está claro que el Govern no se informó de la catadura ética de esta empresa con nombre de circo antes de dejar en sus zarpas a nuestros mayores. ¡Pa qué!
Ibicencos, a nuestros mayores los han abandonado.¿es que lo vamos a permitir?
Lo que es en mi circo, esta tropa no la quiero ni para llevarme el baúl.