Acabamos de conocer las cifras de desempleo con las que terminamos el año 2023. 31.709 parados en Baleares, un 11,5 por ciento menos que en 2022. También hemos sabido que entre enero y noviembre de 2023 visitaron Baleares un total de 14.239.634 turistas, casi un 9 por ciento más que en 2022. La correlación de ambos datos permite fácilmente llegar a la conclusión de que nuestra prosperidad depende directamente de los turistas que nos visitan. Negar esta evidencia es negar la realidad.
Si en Baleares, tras la pandemia por la Covid-19, rozamos el pleno empleo, es gracias a que el turismo se ha recuperado con vigor y gracias a él, la actividad económica y la creación de empleo. Empeñarse en dibujar esta realidad como algo negativo, es más que ridículo. Y no niego que la llegada masiva de turistas genera problemas que hay que gestionar; y que en momentos puntuales puede resultar molesto e incómodo. Pero peor es que no lleguen, como algunos desearían.
Quienes así piensan, no dependen del turismo para vivir; o eso creen ellos. Consideran que su salario está garantizado por la Administración, que podría costear los servicios públicos sin necesidad de los impuestos que pagamos entre todos, en gran parte gracias a la actividad económica que generan nuestros visitantes. Pero esa forma de discurrir, además de un gran error, es un absurdo que sólo se permiten los más radicales. La inmensa mayoría de los trabajadores saben que sus ingresos y su bienestar económico están estrechamente ligados al turismo. Y mejor que así sea.
Sentada esta base, podemos elucubrar sobre la necesidad de diversificar nuestra economía, de no poner todos los huevos en el mismo cesto y de otras zarandajas más que manidas, que en nada cambiarán la premisa inicial: nuestra economía depende del turismo y nuestra prosperidad, de los turistas. No tenemos otra industria que la turística. Nada garantiza el mantenimiento de los servicios públicos esenciales como la llegada de visitantes y el gasto que estos hacen en nuestras islas.
Y ahora, ya pueden empezar los funcionarios y políticos con el sueldo asegurado, a exigir que dejen de venir turistas, o de atracar cruceros, o de aterrizar jets privados; que si no vienen aquí, irán a otro sitio, con lo que el cambio climático seguirá imparable, independientemente de a dónde viajan sus propietarios. Lo único que debemos discutir es lo que debe de hacerse para lograr que la llegada de turistas afecte lo menos posible al día a día de los residentes. Y de eso, se habla muy poco.
Me alegro que hayas llegado, Joan Miquel, tú solito a tan extraordinaria conclusión. Vivimos del turismo.
Ahora hay que preguntarse por qué vienen los turistas.
Por la belleza de la isla. Eso es innegable. Por la amabilidad y simpatía de sus gentes, los ‘indígenas’. También es obvio. Por ‘la marcha’ y todos los complementos que los simpáticos indígenas han sabido ofrecer, a lo largo de los años, para que los turistas pasen una estancia inolvidable en nuestras islas.
Pues bien, si esos funcionarios y políticos que tanto te molestan(acuérdate que tú has sido funcionario) se preocupan de la masificación es porque temen que se mate a la gallina de los huevos de oro y nos vayamos todos al ‘carallo’. Perdón por el ‘palabro’ de un ibicenco-gallego.
Si permitimos que se destroce la posidonia por el uso inadecuado de las anclas de los superyates, los yates o los barquitos de cualquier tamaño, la increíble transpariencia de las aguas pitiúsas ya no será la misma, si permitimos que los cruceros campen a sus anchas y contaminen a saco, dejándonos la mierda de los cruceristas a cambio de nada, mal nos irá.
Si permitimos que los constructores alicaten hasta las playas destrozando el extraordinario paisaje que hoy disfrutamos ‘indígenas’ y turistas, éstos se irán, la isla se hundirá y nosotros detrás.
Lo pillas?
Para q se pueda vivir aqui dignamente es ya hora q desde las instituciones acaben con los alquileres ilegales a turistas, se controlen los orecios abusivos y se invierta en vivienda sociial. Mas dificil es frenar la venta de la isla a fondos de inversión h a extrangeros q a golpe de cartera se saltan todas las leyes, pues ahi están involucrados muchos apellidos ilustres de la isla..
Seguimos sin tocar el principal problema que hay en la isla, relacionado directamente con los empleados, también de hostelería, que lo padecen: la falta de vivienda.
Más turistas, más dinero y más empleados necesitan para atender a tanto turista.
Ahora son las empresas las que buscan vivienda para sus empleados, o bien ofertan mejores condiciones económicas y «se roban» empleados entre empresas. En los dos últimos años ha aumentado el número de turistas y ha descendido el número de empleados que puedan pagar una vivienda o habitación.
Pues nada, J.M.Perpinyà! A seguir explotando a la gallina de los huevos de oro pensando SÓLO en nuestra fuente de ingresos y no en nuestro bienestar, que la gallina morirá pronto…
Turistas, de acuerdo. Soplagaitas forraos que están aquí todo el año o medio año y que solo hacen que inflacionar nuestras vidas y que provocan que nos veamos como pobres indígenas en nuestra tierra, yo a estos últimos no los quiero aquí
Seríamos más prósperos con la mitad de turistas (y de calidad), con la mitad de establecimientos (de bares, de hoteles, de apartamentos…), con la mitad de vividores que vienen a ver qué pispan por aquí y con la mitad de población (no necesitaríamos ni tantos trabajadores externos, ni habría tantos problemas, falta de agua, falta de vivienda, etc….) Es insostenible seguir así. Pero nada…lo importante es llenar a ver si Eivissa explota ya de una vez…
Mari, tienes toda la razón. Asi NO es sostenible.
DECRECIMIENTO YA!!!!
Totalmente de acuerdo contigo. Sube el PIB y no hay vivienda para la gente normal. Decrecer es futuro.