Me gustaría escribir alguna vez para decir que las cosas están cambiando en Correos, que la dirección ha tomado medidas conducentes a frenar la caída de la mayor empresa pública de España y a sanear sus resultados y mejorar los servicios. Probablemente, si a su Presidente, el sr Serrano Quintana, le interesara conocer esta opinión me contestaría como ha hecho en sus últimas apariciones públicas argumentando que estamos en proceso de cambio y que éste requiere de medidas.
Desgraciadamente tendría que rebatirle con datos que no me gustaría aceptar pero que son reales y que provienen de sus políticas: Subida de precios que van desde el 8% de notificaciones y certificados hasta el 60% de los publicorreos, pasando por el 10 de la correspondencia y el 20 de los paquetes. Estos precios están al nivel de los que se manejan en países importantes de Europa pero con la ostensible diferencia de los salarios nuestros frente a los suyos. La incidencia de estas subidas tienen un fiel reflejo en el caso de la paquetería, mercado que subió el año pasado en un 7% mientras que en Correos bajó un 25%. Así, no es de extrañar el paulatino vaciamiento de las oficinas.
Alejamiento de la realidad
Es inconcebible que Correos exija a un pueblo de 56 habitantes de Teruel, Lidón, un monto de 10.000 euros y un local con luz e internet para instalar un cajero dentro de la política de combatir la despoblación y la exclusión bancaria. Esto supondría para el pueblo tener que pagar más de lo que reciben para financiar todas las competencias propias del Ayuntamiento.
Derroche sin fin
Aquí nos acercamos al delirio. 8 millones y medio para poner televisores en todas las oficinas publicitando los productos existentes, algo que pueden hacer perfectamente los propios trabajadores de una manera más cálida y personalizada. Además, las pantallas no sólo estarán cara al público sino que también se instalarán en los centros de trabajo de los propios empleados de Correos para que se constituyan a su vez en clientes de la empresa.
Seguimos. El avión propiedad de Iberojet que permitirá la creación de “Correos Cargo”, servicio de transporte aéreo de paquetería y mercancías para fortalecer el eje Asia-Europa-Latinoamérica. Su primer gasto ha sido la difusión de un video de un minuto de duración en el que se observa cómo se pinta el aparato de color amarillo, acto publicitario que puede ascender a los 150.000 euros. A estos, hay que sumar los 1.000 euros diarios que desde el día 2 de enero se están pagando en concepto de parking en el Aeropuerto de Barajas, más los seguros y el mantenimiento obligatorio, todo ello para un avión que aún no ha realizado su primer vuelo.
38 millones de euros en publicidad directa en los dos últimos años para tener que sumarle otros 55.000 euros en concepto de consultoría externa para que les digan porqué no funcionan sus políticas. Entre medias, un contrato de 2 millones de euros a una empresa panameña por servicio de consultoría en materia de telecomunicaciones y una sanción de 32,5 millones impuesta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por ofrecer descuentos anticompetitivos a grandes clientes empresariales que remiten envíos masivos: bancos, empresas de seguros, comercializadoras de luz, agua, gas o telefonía, así como centros comerciales y supermercados.
¿Van sumando ustedes?
En todo lo dicho hay una responsabilidad directa del Presidente de Correos y ya no se trata de los problemas derivados de hacerse con un nuevo cargo. Por cierto, hubiera sido de gran ayuda apoyarse en el personal veterano con mando en lugar de irlos eliminando mediante jubilaciones o sustituciones de puesto. Algo que por desgracia no ha ocurrido en Baleares en el área de Recursos Humanos dónde la persona al cargo, la sra Martínez Conchell, tiene gran afinidad con el sr Serrano por lo que ambos son partícipes del desaguisado producido con la adjudicación de plazas después de las oposiciones de septiembre pasado.
A saber: Han transcurrido ¡cinco meses! para que RRHH haya podido completar la comprobación de méritos pertinente de los opositores aprobados. Si ya es grave la demora, más aún lo es el que no haya correspondencia entre las plazas ofertadas y las solicitudes de destino de los aprobados.
Por cierto ¿dónde están los gerentes de Distribución y Red de Oficinas para hacer un estudio pormenorizado y eficaz de las necesidades reales y así poder exigir a RRHH con criterio? Si a las personas con residencia en Menorca no se les oferta la plaza para la que están capacitados, datos ya sabidos desde el momento del examen, se les obliga a tener que coger plaza en otra isla y esto hace que a su vez residentes de esta otra isla tengan que desplazarse por encontrar ocupado el sitio para el que optaban. Hablamos en su mayoría de mujeres (justo esta semana que se celebra el Día de la Mujer) con condicionantes familiares de peso como son hijos pequeños o parejas con trabajo fijo que no pueden abandonarlo, o peor aún, con situaciones médicas especiales que desaconsejan un cambio de entorno. Esta difícil elección para sus vidas se hace para un contrato de 4 horas al día.
Antes de la llegada del sr Serrano se había logrado que por parte de Correos se facilitara la conciliación familiar y era un rasgo que la empresa esgrimía con orgullo. Ahora, de golpe y porrazo se vuelve a este caos organizativo que no tiene pies ni cabeza y que fortalece la idea de que por parte de la Dirección General se pretende seguir minando la estructura organizativa para que el día de mañana resulte más fácil y entendible su desaparición como empresa pública. La deriva es claramente negativa y denota una evidente falta de aptitud para un cargo de esta envergadura. Señor Serrano, no todo el mundo está capacitado para pilotar una empresa. Es comprensible que por 18.000 euros mensuales más gastos se aferre al puesto pero hay que saber cuando acabar. O que alguien con rango se lo haga saber.
Luisa Costa