El fenómeno de la okupación ha adquirido tal magnitud, el problema es tan enorme, que ante la falta de respuesta adecuada por parte de una legislación desfasada y también por las distintas administraciones competentes, incluida la Justicia, que no resuelve los casos que se denuncian de forma rápida y ágil, no es extraño que hayan aparecido «empresas de seguridad» que más parecen bandas de matones que presionan y amenazan a los okupas para que abandonen los inmuebles okupados.
Mal está que alguien entre en una propiedad ajena para vivir en ella al margen de la Ley y sin permiso del legítimo propietario. Pero no está mejor que una «empresa de seguridad» lance amenazas por las redes y mienta descaradamente diciendo que cuenta con la colaboración de la Guardia Civil y la Policía Local para llevar a cabo un «operativo de desalojo». Ninguna empresa puede hacer tal cosa legalmente. Por eso dicen que cuentan con la colaboración de las Fuerzas de Seguridad, pero es falso.
Desokupa vulnera la Ley al identificar a personas pidiéndoles el DNI, algo que sólo pueden hacer los agentes de la autoridad, funcionarios públicos que los vigilantes de Desokupa no son. Lo de amenazar veladamente a los okupas y conminarles a abandonar Punta Arabí «por los sumideros» entre risas es directamente repugnante. Matones de esta calaña no debieran está en posesión del título de vigilante de seguridad, pero el Ministerio del Interior prefiere hacer como que no ve nada.
Como los poderes públicos no son capaces de dar respuesta a este indeseable fenómeno, los propietarios recurren a empresas que bordean la legalidad, al igual que hacen los okupas. Todos actúan frente a un estado de necesidad, unos para procurarse un techo donde vivir temporalmente y otros para lo que les pertenece. Son dos caras de la misma moneda. Y las autoridades poniéndose de perfil ante una problemática que la Ley no resuelve. Ese es el auténtico drama. Ese y que haya gente en Ibiza que no puede alquilar una vivienda, aunque tenga trabajo. Abocados a la okupación, antesala de la exclusión social y la indigencia.
Desgraciadamente hay muchísimas personas sin techo en Ibiza. Pero las instituciones los hacen invisibles . En Santa Eulalia hay cientos de personas sin techo, viviendo entre cartones, en el bosque, con el frío que esta cayendo. Una persona en esta circunstancia no puede mantener un trabajo y menos si estas enfermo, eres una persona mayor o no tienes donde cargar el teléfono. Los servicios sociales dicen hacer lo que pueden, pero ni durante la pandemia han conseguido hacer un empadronamiento de infraviviendas, marcado por la ultima Ley de empadronamiento 3.3. Cuando denuncias al colegio de trabajadores sociales ellos demuestran que son órdenes de arriba. Cuando los denuncias a ellos ni te responden a la instancia. De este modo, No sólo no permiten a muchas personas que viven sobre cartones no acceder a prestaciones o ayudas, si no que los hace invisibles. Dicen que Santa Eulalia es rica. Mientras los medios de comunicación, no hacen más que crear prejucios a favor de una élite que nos chupa la sangre y nos hace creer que son los del bosque los que nos hacen empobrecer…
Gracias por el SUPORTE
La mejor medicina es que ocupen vuestras casas, tal vez de esa forma desocupa os parezca la mejor solución.
Solo espero que los que acusan a desocupan sufran los daños, las amenazas y los abusos de esa mala gente.
És el que pasa quan manen els feixistes