@H.E./Dentro de poco se cumplen 10 años de los atentados de los trenes de Madrid. A mí me afectaron mucho esos atentados, como supongo que afectaron a la mayoría de españoles. Cuatro de sus autores eran de mi barrio de Tetuán, tres de ellos vecinos míos, casi puerta con puerta. Cada vez que voy a mi barrio me acuerdo de los atentados de Madrid. Cada vez que paso por la puerta del «chino» me preguntó por qué. Cada vez que bajo pregunto a mis amigos por qué. ¿Puede un hombre pasar tres años en la cárcel de Tetuán, salir en Noviembre y cinco meses después ser el cabecilla del mayor atentado de la historia de Europa? El 11 de Marzo de 2004 es una herida abierta que jamás se cerrará en mí. Parte de mi vida y de las relaciones personales vienen condicionadas por esos atentados.
Llevo desde ese día casi obsesionado con ellos. Ahora he escrito un libro y lo estoy corrigiendo. Diez años pensando en este libro. El fantasma que se va apareciendo en el libro es el 11-M. El tráfico de drogas, el trafico de personas, el islam, los terroristas, la miseria, el Dorado, Ceuta, España, Tetuán, el protectorado español, Cataluña, Europa, Francia, Israel, Sefardies, dos hermanos, una familia, un barrio, el amor, el hastío, la desesperación, la locura, la amistad, los recuerdos infantiles, el vino,la sangre como un geiser, los cuchillos, la noche de los perros, los gitanos, FC Barcelona y una mente enferma como la mía. «Escribe algo que sólo tú puedas escribir» No es un libro de conspiraciones ni movidas políticas. Es un libro de historias humanas. No sé si alguna vez podré publicarlo, todavía lo estoy corrigiendo, pero creo que es potente. Necesito quitarme de encima este libro.
«Barcelona. Son las siete y media de la mañana. Los dos hermanos entran en el metro. Está lleno. A tope. Miradas. Más miradas. Gente. Más gente. Gente que trabaja. Gente que estudia. Gente que viene de amar. Gente aún borracha. Said resopla. Ibrahim ríe. Menos espacio. Más vidas. Nadie se conoce. Todos se conocen. «¿Qué hora es?». «Son las siete y treinta y seis». Explota la primera bomba en Madrid. Said resopla. Ibrahim ríe. Otra bomba. Siguiente parada. Otra bomba. Baja gente. Aire. Otra bomba. Luz. Ligereza. Sube más gente. Agobio. Otra bomba. Tedio. Said suda. Ibrahim ríe. «Bueno, bajo aquí». «¿Qué hora es?». Otra bomba. «Son las siete y cuarenta minutos». Baja. Se despide de su hermano hasta la noche. Said resopla. Ibrahim ríe. «Son las siete y cuarenta minutos» Otra bomba. Silencio … 191 personas muertas, y 1.858 heridas.»