@D.V./ Ahí están, los presupuestos generales del Estado de 2015. Después de una larga historia de vejaciones estos presupuestos son el insulto final, el eructo en la cara. Mientras que España ya no produce ni crea, Eivissa y Formentera es de los pocos lugares donde se genera empleo, se crea riqueza y se tira del carro. Así es como nos lo agradece el Gobierno.
En circunstancias normales, después de este ridículo histórico, lo lógico seria que nuestro diputado Enrique Fajarnés anunciara que se retira y que lo deja estar. En circunstancias normales, después de que te hayan dejado en evidencia por enésima vez, si se tiene un mínimo de dignidad y de autoestima lo que uno hace es presentar su renuncia y volver a casa, triste pero con la conciencia tranquila.
Fajarnés, el mismo que en el 2011 dijo que “pelearía como una paparra para arrancar inversiones para Eivissa”. Ese hombre que se batiría el cobre, que se dejaría jirones de piel por la carrera de San Jerónimo, que entregaría cuarto y mitad de su alma y una onza de carne de su cuerpo para lograr dinero, inversiones e infraestructuras para la isla que le ha votado. Cuatro años más tarde… ¿cual es el balance?
De acuerdo, los dos primeros ejercicios fueron anómalos, fueron unos presupuestos de subsistencia, con la Troika soplándonos el cogote. Ya los presupuestos de 2014, que se vendieron como “los de la recuperación”, fueron un insulto para las Pitiüses. En ese momento, Fajarnés tiró de repertorio y dijo que la culpa era ‘de Zapatero y de los catalanes’, y luego, en un juego propio de trileros, habló de unas fantasmagóricas inversiones en depuradoras que los medios de comunicación publicamos como si fueran ciertas -quien iba a decir que todo un señor diputado nos estaba mintiendo- y que luego se descubrió que eran inexistentes.
Está claro que cada diputado provincial que calienta su escaño en el Congreso de los Diputados es un lobbista, y que el diputado de Murcia dará la brasa en la puerta de todos los Ministerios y en la calle Génova pidiendo inversiones para su provincia, igual que también lo hacen los diputados del PP de Burgos, Almería o Pontevedra. Es una lucha despiadada por quedarse una parte del pastel. Un trabajo para el que el señor Fajarnés no sirve, y a las pruebas nos remitimos: miseria, miseria y más miseria.
En circunstancias normales, nuestro diputado debería salir a la palestra, pedir perdón y anunciar que se va. Pero qué se apuestan que no solo no lo va a hacer sino que, incluso, será capaz de volver a presentarse a las próximas elecciones, decir que la culpa de todo es de Zapatero y de los catalanes, y que el año que viene sí, el año que viene llegará una maná de pasta porque ha hablado con Mariano y le ha confirmado que 2016 será el año de Eivissa y de Formentera.
¿Y esto porqué sucede? Pues, sencillamente, porque tenemos los políticos que nos merecemos. Porque saben que nos pueden robar, engañar, humillar y burlar, y que, como mucho, farfullaremos algo entre dientes, insultaremos en la barra de bar, mascullaremos algo cuando leamos la prensa y luego esa indignación desaparecerá como espuma de gaseosa y recurriremos a ese estoicismo tan latino del ‘es lo que hay’, ‘tenemos lo que tenemos’, etc. Así un año, y así otro, y así por los siglos de los siglos.
Amén
Lo has clavado David, este personaje solo piensa en cobrar al final de mes, es un profesional de la política, el chaquetero mas grande que yo haya conocido, un tipo que no tiene vergüenza ni dignidad ni la a conocido nunca, ni se preocupa por defender los intereses de Eivissa, lleva años desaparecido, pero estar seguros que ahora que se acercan las elecciones volverá de nuevo para intentar conseguir una poltrona cueste lo que cueste y con quien sea.
Es cierto que Enrique Fajarnés no ha dado un clavo en esta legislatura, pero para hacer lobby ibicenco está también Pepe Sala, y debería estar el presidente del Consell/partido; y los alcaldes, a través de la Federación Española de Municipios. Es decir, que los representantes del PP ibicenco, en un momento donde ese partido gobierna en todas las instituciones, son «invisibles» y ninguneados. Qué tristeza!
Tota la raó!
Sempre ha set molt poqueta cosa.
Esto pasa por votar a los mentirosos, yo, personalmente NO le voté, por eso puedo decir en voz alta que este tío es un chupón tuercebotas que le baila el agua a Mariano de Cospedal. Jode, pero también está jodiendo a su populacho. AMÉN.
No olvidemos al resto de la tropa, Serra, bauzá, Sala… Todos han hceho lo mismo: NADA
Lo peor no es que sea un incompetente, como sus compañeros de partido en los ayuntamientos, Consell y Govern. Lo peor es que es mala persona y su moral queda de manifiesto cuando se permitía señalar con el dedo, injuriando públicamente a sus adversarios políticos y creando listas negras de ‘progresistas enemigos’.
En fin: de lo peor en política y como vecino. Pura casta de película de Berlanga.