@D.V./ Marienna se arrepapa en su tumbona y cierra los ojos con placidez mientras el sol baña su cuerpo. A su lado, sobre una mesita, burbujea un delicioso gintonic. Sí, la vida a veces es generosa. Hoy el día no podía empezar mejor. En la portada, una foto de Pilar Marí. ¡Vaya! Quien lo iba a decir ese día de junio de 2013 en el que Pilar Marí asumía la vara que la acreditaba como alcaldesa de Eivissa y realizaba un largo discurso apelando al esfuerzo común, a la dignidad del trabajo, al sueño de hacer una ciudad mejor, blablabla…
Ella asistía a la ceremonia, derrotada y humillada, pero la vida siempre da segundas oportunidades. Sabía que muchos se la tenían jurada. La izquierda, por ejemplo. Todavía recuerda esa campaña electoral en la que Lurdes Costa se desgañitaba hablando de la reforma de Vara de Rey, de sa Peixateria, de sa Penya, del modelo de ciudad. Y luego ese chico con tantos estudios, Marc Costa se llama, con esas palabras raras que nadie entiende. Y ella, se marca una campaña hablando de la Escoba de Oro y del Museo del Dj y ¡toma castaña!, mayoría absoluta y revolcón histórico a la izquierda. Desde entonces se la tenían jurada, podía ver en cada pleno como la trataban con displicencia, como si ella no tuviera el nivel suficiente como para ocupar la alcaldía. Oigan, que estamos en España y el pueblo vota a quien le da la gana.
Peor fue la traición de los suyos. Esa puñalada, esa trama mezcla de ‘House of cards’, Shakespeare y un sainete de Arniches. Y todo por el pastel de la publicidad institucional y por un contratillo de nada, unos miles de eurillos sin justificar. Dimitir por eso… ¡vivir para ver! Pero si en España hay tipos (¡y de su mismo partido!) que han robado millones y siguen tan campantes en su poltrona. Pájaros que te han montado un aeropuerto en el desierto, que han hecho EREs fraudulentos, que han dejado en bancarrota a Comunidades Autónomas enteras… y ahí siguen, con sus despidos en diferido y la mar de felices. Y a ella, por chatarra, se la arrastra por el barro de la abyección.
Pero la última palabra aún no estaba escrita y la venganza es un plato que se saborea bien frío. Ahora dicen que si hay 7.000 whatsapps circulando por ahí. ¡¡¡7000!!! Vete a saber lo que encuentran, porque cuando estás en confianza puedes decir muchas barbaridades. Ayyyy, ¡¡¡que los whatsapps los carga el diablo!!! En fin… que es una pena, una ciudad como esta, la segunda de Baleares, que se vea así… Y Marienna saborea otro sorbo de su gintonic. Si. A veces, la vida se comporta bien.
Vaya chorrada. Se avisa antes y así no perdemos el tiempo.