@D.V./ Hablaba Gramsci del optimismo de la voluntad frente al pesimismo de la inteligencia. Todas los indicios y las razones objetivas indican que tendremos plataformas petrolíferas en Ibiza. La voluntad y la determinación del gobierno español están clarísimas. El lobby del petróleo controla férreamente tanto el Ministerio de Industria y Energía como el de Medio Ambiente. No me cabe en la cabeza que ningún técnico del Ministerio de Medio Ambiente redacte un informe que contradiga los intereses de sus superiores jerárquicos.
Entiéndanme, si esto sucediera en un país civilizado y de profunda tradición democrática, estaría tranquilo: en esos países los técnicos son libres e independientes y no tienen problemas en realizar informes veraces pero incómodos. Por desgracia, España parece sentir una extraña nostalgia por el tercermundismo y vuelve de manera acelerada a prácticas que pensábamos desterradas pero nunca se fueron del todo. Cuando escucho que Medio Ambiente realizará una “declaración de impacto ambiental seria y rigurosa”, se me escapa la risa floja.
En esta tema, la única esperanza era José Ramón Bauzá. Ya saben, aquí no se convence con razones ni argumentos, sino con poder e influencia. Se nos decía que Bauzá era uno de los barones territoriales mejor vistos en la calle Génova. Su agresiva política lingüística y su innegable nacionalismo español le han convertido en la niña de los ojos de la prensa madrileña y en un tipo que, decían, incluso sonaba para ministro. Pues nada, ya que por su culpa hemos sufrido el TIL, al menos que haga valer sus contactos y nos libre de las prospecciones. Ni eso.
La declaraciones que ha efectuado hoy Bauzá han sido deprimentes. Si ayer Miquel Ramis hablaba de un ‘encuentro en la cumbre’ en la que las Balears en peso desembarcarían en Madrid para poner los puntos sobre las íes, hoy Bauzá ha rebajado el entusiasmo y, tácitamente, ha reconocido que es un mindundi y que no pinta nada. Todavía no sabe ni que día le recibirán -con ese provincianismo tan triste del señoritingo que va a la capital y con el pulso temploroso llama con los nudillos a la puerta del palacio- y ya le han dicho que Rajoy no podrá, que está muy ocupado leyendo el Marca y que tendrá que conformarse con la vicepresidenta. Ah, y según Bauzá, que no esperemos gran cosa.
Tendremos prospecciones. Supongo que el hachazo llegará después de las elecciones municipales y autonómicas -porque son así de previsibles, ya ven, en Canarias lo han hecho cuatro días más tarde de las europeas del pasado domingo- y repitiendo que la culpa no fue suya, que fue del PSOE que autorizó las prospecciones, y blablabla.
Bueno, esto es lo que indica mi limitada y previsible inteligencia. Pesimismo al 100%. Queda el optimismo de la voluntad. Seamos optimistas, pues. Pero no nos fiemos un pelo de nadie.
lo cierto es que bien, bien, no se sabe para que va Bauzá a Madrid
Porque si hay que ir se va
pero ir pa ná
Entiendo tu pesimismo, es lógico… Pero aún no podemos tirar la toalla!
De todos modos, con los de Cairn lo tenemos algo más complicado, pero… ¡y lo fácil que sería que simplemente NADIE volviera a repostar en una estación de Repsol! Fijo que se lo pensaban dos veces.