Hace un año y medio cuatro locos nos atrevimos a intentar cambiar el mundo, nuestro mundo y creamos Reinicia Sant Antoni. A lo largo de todo este tiempo hemos ido encontrándonos con otros, también locos, dispuestos a abandonar la resignación y el cansancio y plantar cara: construir desde cero una alternativa que diera un vuelco a un municipio dejado de la mano de Dios, nuestro municipio, nuestra casa en resumidas cuentas, el lugar donde muchos hemos nacido, crecido y donde, sin lugar a dudas, apostamos por poner en marcha un proyecto de vida digno. Como decía, nos fuimos encontrando por el camino, primero unos pocos, luego unos cuantos más, pasito a pasito y esfuerzo a esfuerzo hasta el día de hoy, en que somos una multitud que desde la unión, la confluencia y la generosidad mutua ha encontrado por fin el modo de transformar las cosas.
Sentimos Sant Antoni como parte de nuestras vidas. Somos vecinos de este pueblo. Pisamos día a día sus calles, que son nuestras calles. Compramos en sus negocios, que son nuestros negocios. Practicamos deporte o consumimos cultura en sus instalaciones porque son nuestras. Hemos criado hijos y nietos, lo estamos haciendo o lo haremos. Entendemos Sant Antoni como algo más que un lugar en el mapa en el que ganarse la vida cuatro o cinco meses al año. Lo entendemos como un lugar maravilloso donde vivir los 365 días del año, dotado de un inmejorable potencial para labrarse un presente y un futuro que sean la envidia del resto del mundo. Un lugar, sin embargo, que años y años de mala gestión han llevado a sus más bajas cotas de miseria y vergüenza.
Entendemos Sant Antoni como algo más que un lugar en el mapa en el que ganarse la vida cuatro o cinco meses al año. Lo entendemos como un lugar maravilloso donde vivir los 365 días del año.
No nos resignamos ni nos conformamos. San Antonio se merece gente que lo quiera y luche desde él para transformarlo en aquello que, por justicia merece ser. No es un ideal. Quien tiene edad suficiente recordará un municipio que nada tiene que ver con el que esta deriva destructiva nos ha dejado. Ha llegado el momento de marcar un punto de inflexión en nuestra historia y empezar a reconducir las cosas. Y este reinicio sólo puede tener por protagonistas a aquellos que con su esfuerzo diario hacen pueblo: sus vecinos y vecinas, héroes muchas veces anónimos que a título individual o agrupados en distintos colectivos sacan lo mejor de sí mismos para poner en marcha iniciativas de las que nos beneficiamos todos, dinamizando barrios o sacando adelante todo tipo de propuestas deportivas, culturales o lúdicas.
San Antonio no es ni debe ser cosa de 21 iluminados. En este deriva vamos todos y cualquier éxito o fracaso es colectivo, de modo que es responsabilidad común el trazar los pasos que queremos recorrer a partir del 24 de mayo. Apoyados en un ayuntamiento amigo, que vuelva a erigirse en casa del pueblo en lugar de atrincherarse entre cuatro paredes. Que dé el sostén necesario a los protagonistas, vosotros, y gestione de modo transparente, consensuado y participativo lo que es patrimonio de todos.
Ganas, ilusión e ímpetu no nos faltan. Quien nos conoce sabe que de eso vamos sobrados. Y que nadie se engañe, con ganas, ilusión y empeño se puede cambiar el mundo.
Como decía, en Reinicia Sant Antoni llevamos año y medio trabajando para mejorar nuestro pueblo. Vamos a seguir haciéndolo. Ganas, ilusión e ímpetu no nos faltan. Quien nos conoce sabe que de eso vamos sobrados. Y que nadie se engañe, con ganas, ilusión y empeño se puede cambiar el mundo. Poniendo el foco en lo minúsculo, en el día a día, en cambiar las cosas a base, no de grandes proyectos ni parafernalias, sino de la suma de todas esas pequeñas voluntades que hasta ahora han estado dispersas y que juntas son imparables. Los portmanyís y portmanyinas llegaremos dónde queramos si lo hacemos juntos. Empezando por el próximo 24 de mayo, en que esperamos salir con mejores herramientas para seguir avanzando en este reinicio imparable y por otro lado, tan indispensable para todos.