Ya es la época por excelencia de los almendros en Eivissa, algo que no deberíamos dejar pasar tras un simple recorrido en coche por las carreteras de la isla, casi todas ellas bordeadas en estas fechas de árboles rebosantes de flores blancas y rosadas.
Una visita al paraje más icónico de los almendros de Ibiza -el Pla de Corona en Santa Agnès- puede servirnos para advertir la amenaza a la que se enfrenta este cultivo que se remonta siglos atrás. Muchos de los árboles ya no florecen tras haber llegado al final de su vida productiva, que suele rondar los 70 años.
De hecho, ésta es una imagen que se replica por toda la isla. Desde los años sesenta, cuando los almendros llegaron a cubrir unas 5.600 hectáreas (ha), los campos de Eivissa se han ido reduciendo progresivamente. Según estima el Consell d’Eivissa, la superficie productiva de almendros hoy en día equivale solamente a unas 100 ha, ya que la mayoría de los campos se encuentran descuidados.
El valor paisajístico del almendro es indudable, así como su papel fundamental en la conservación de los terrenos de secano, tierras cada vez más sometidas al abandono en la pitiusa mayor. Y además de ofrecer un ingrediente fundamental de la gastronomía de Eivissa, la gran diversidad de variedades locales -únicas en el mundo- supone también una gran riqueza biológica y una biodiversidad que corremos el peligro de perder para siempre si no se trabaja en la recuperación de su cultivo.
Por suerte, existen algunos brotes verdes auténticamente esperanzadores en la isla. Los últimos años, se han lanzado varias iniciativas para recuperar el cultivo del almendro. Por poner un ejemplo, desde IbizaPreservation se han apoyado proyectos piloto llevados a cabo por Apaeef (la Associació de Productors d’Agricultura Ecològica d’Eivissa i Formentera) y por los Vecinos de Corona, para sembrar un total de 750 nuevos árboles, testeando distintas variedades y técnicas de riego.
Además, desde diciembre del año pasado, en un proyecto iniciado y financiado por la empresa agrícola Juntos, se han plantado unos 1.600 árboles más en un área de 9,6 hectáreas del Pla de Corona. La empresa, a cargo del filántropo sueco Christian Jochnick, ya sembró hace unos años cerca de un millar de almendros nuevos en su explotación en San Mateu.
Con este nuevo esfuerzo, que cuenta con la colaboración de los Vecinos de Corona y de IbizaPreservation, y con el visto bueno tanto del Ajuntament de Sant Antoni como del Consell d’Eivissa, se espera devolver al paraje su antiguo esplendor aunque estos nuevos árboles tardarán unos 5 años en florecer y dar frutos.
Es más, los almendros viejos que se excavaron de los terrenos del Pla de Corona han vuelto a dar vida a la nueva plantación en forma de ‘biochar’, un derivado carbonado que permite elevar el contenido de carbón en un terreno agrícola, lo cual mejora las propiedades físico-químicas del suelo. Además, éste es un medio idóneo para la colonización de microorganismos benéficos, como bacterias fijadoras de nitrógeno y fósforo, así como hongos vesículo-arbusculares. Con un árbol de secano como el almendro, el biochar es ideal porque tiene unas capacidades de retención de agua muy alta y porque, gracias a esta técnica, los almendros no necesitan regadío, solamente un riego cuando se plantan los árboles y otro en verano en el primer año de plantación.
Emplear técnicas de agricultura regenerativa de esta manera supone no solo la recuperación del almendro sino también la revitalización de la tierra y del ecosistema. Por ello, desde IbizaPreservation agradecemos el esfuerzo de Juntos y de la Asociación de Vecinos para recuperar los terrenos del Pla de Corona, y apostamos por más iniciativas de este tipo que puedan regenerar el patrimonio natural y cultural de la isla, un patrimonio que es de todos y todas y que entre toda la sociedad debemos proteger y ayudar a conservar.
Por Gabrielle Gambina,
coordinadora de Ibiza Produce (proyecto de IbizaPreservation).