El secretario general de los socialistas ibicencos está decepcionado con Vicent Marí. Posiblemente sea el halago mayor que se le puede hacer al presidente del Consell d’Eivissa.
En el mismo claustro del Ajuntament d’Eivissa, Josep Marí Ribas ‘Disgustinet’ calificó la intervención de Vicent Marí con motivo de la Fiesta del 8 de agosto de decepcionante, “una vez más”. Lamentó que no puso sobre la mesa los problemas de la isla de Ibiza, que a su juicio en los últimos años no han hecho más que aumentar. Será por eso que el PP ganó las elecciones por mayoría absoluta, porque tras cuatro años de presidencia de Vicent Marí, los problemas de la ciudadanía de Ibiza no han hecho más que aumentar.
Y seguramente ‘Disgustinet’ ya no es el máximo responsable del departamento de Vivienda del Govern balear, por lo bien que lo hizo como conseller, pues toda la ciudadanía sabe que el problema de acceso a la vivienda que él debía combatir, no hizo más que empeorar en los últimos años. Y también será por esta razón por la que los socialistas ibicencos están en la oposición en el Consell d’Eivissa, en el Consell de Formentera, en el Ajuntament d’Eivissa, en el Ajuntament de Santa Eulària des Riu, en el Ajuntament de Sant Josep de sa Talaia, en el Ajuntament de Sant Antoni de Portmany y en el Ajuntament de Sant Joan de Labritja. Vamos, en todas y cada una de las instituciones de las Pitiusas.
Luego se le escapó que el president Marí hizo un discurso sin entrar a debatir… pero es que se trató de un discurso institucional, no de un debate político. Porque incluso en eso se ve a ‘Disgustinet’ absolutamente fuera de juego, desubicado y alicaído. Quizás si asumiera su responsabilidad en la debacle que ha condenado al ostracismo de la oposición a los socialistas ibicencos, a lo mejor la FSE-PSOE podría levantar cabeza. Y desde luego, que Milena Herrera haya logrado su escaño de diputada contra todo pronóstico, no atenúa en lo más mínimo la circunstancia inapelable de la pérdida de representatividad y de poder institucional de los socialistas ibicencos, al frente de los cuales se mantiene, de forma inexplicable, Josep Marí Ribas.
En lugar de criticar a Vicent Marí, lo ideal hubiese sido que le diese las gracias por no haber citado al exalcalde socialista de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, lo que demuestra la tibieza y bonhomía del presidente Marí. Otro político con más mala baba hubiese pronunciado un discurso sobre la corrupción urbanística, las operaciones judiciales en un ayuntamiento ibicenco y todos hubieran mirado de reojo al líder socialista, tiznado por la corrupción de su sucesor como primer edil de Sant Josep. Otro milagro que hemos de atribuir a San Ciriaco.