Hace unas semanas, al primer ministro británico, Boris Johnson, le cayó una multa de la Policía Metropolitana de Londres por participar en plena pandemia en dos guateques que se organizaron en su residencia oficial. El asunto fue bautizado como ‘Party Gate’ por la prensa británica y en él también están involucrados la primera dama, Carrie Symonds, y el ministro de Economía, Rishi Sunak, además de docenas de altos cargos y funcionarios. Scotland Yard sometió al premier a una investigación por los excesos etílicos de Downing Street, fiestas que él mismo había prohibido bajo sólidos argumentos sanitarios. Al principio, Johnson negó su existencia con descaro y ha acabado pidiendo perdón, quedando su crédito político reducido a la mínima expresión.
La mentira, sin embargo, es una constante en el poderoso, que no duda en responder hoy blanco y mañana negro, si el interés político o el beneficio empresarial lo requieren. Me viene otra vez a la memoria aquella entrevista que le hicieron al empresario Abel Matutes en los primeros meses de la pandemia, en el programa Bona Nit Pitiüses de la TEF, en la que dejó para la posteridad un amplio surtido de “perlas”, al estilo de Boris Johnson.
En aquel programa los telespectadores asistimos a un despliegue de cinismo sin precedentes, mientras el exministro respondía a los periodistas Agustí Sintes y Sonia Escribano. A Matutes, por ejemplo, le preguntaron qué cosas había que mejorar en el modelo turístico que él representa. Una de las cosas que dijo es que había que impedir a toda costa que ningún empleado pudiese facilitar alguna pastillita de algún producto no totalmente legal a su clientela. El señor Matutes, en aquella entrevista, elevó la expresión ibicenca “fer cadufos” a un nivel superior. El tiempo pasa irremediablemente y todos nos hacemos mayores, aunque unos más rápido que otros.
Por cierto, tiempo después de aquel programa, el señor Sintes, que dirigía el Periódico de Ibiza y Formentera, fue despedido fulminantemente por informar de que el exministro había aparcado su flamante automóvil en una plaza de minusválidos al asistir a un evento. Aunque cumplió con su obligación como periodista, publicando la verdad acerca de una actitud egoísta y poco ejemplar, por decirlo suavemente, Sintes no obedeció a la voz de su amo y acabó sufriendo las consecuencias.
Bien, pues volviendo a la entrevista de la TEF, una de los compromisos más importantes que adquirió Matutes, a pesar de que nadie se lo había reclamado, es que mientras hubiese pandemia, Ushuaïa no celebraría una fiesta. Aquella noche el empresario nos mintió a todos los ibicencos que le estábamos escuchando, sin que se le moviera una pestaña. En cuanto hubo dinero y complicidad de por medio, no dudó un instante en salvar la temporada pasada, configurando el palmeral del Ushuaïa a escondidas, camuflándolo como un restaurante y diluyendo la complicidad con la administración para imitar al premier Johnson, que sigue implicado en las investigaciones solapadas del Parlamento británico y Scotland Yard. ¿Existe alguna diferencia entre estos dos personajes? Ninguna. Ambos tienen la nariz igual de larga. El inglés se ha pasado la ley por el forro y de alguna manera lo pagará. El ibicenco, ya les anticipo que no. La nariz no es lo único que tiene largo.
Al ver la estafa que ambas actitudes representan para la ciudadanía, uno se pregunta qué hace coincidir a dos personas influyentes y poderosas para mentir públicamente. Uno por la estupidez que va unida al poder; el otro, nuestro exministro, por escachifollar a toda la concurrencia: hostelería, bares y resto del ocio, en concurrencia con este hotel discoteca, sala de fiestas y palmeral, con o sin móvil, que durante dos meses y pico de 2021 trabajó holgadamente y sin problemas, burlándose y escabulléndose del control al que el resto sí estuvo sometido. Los famosos detectives/inspectores, que sí denunciaron a otros establecimientos de corte similar que ofrecían idénticos festivales prohibidos por razones sanitarias en su menú, por allí no se les ocurrió transitar. Eso, a pesar de que toda Ibiza sabía lo que estaba ocurriendo. En esta isla, el descaro de algunos no tiene límites y la impunidad que se les dispensa, tampoco.
El Hotel Ushuaïa, pese a carecer de licencia para ejercer como discoteca en horario diurno y al aire libre, tiene un trato de favor con un título habilitante que le permite, según el Ayuntamiento de Sant Josep, ofrecer música al exterior para el público en general. Esta solución legal tan etérea perpetrada por ambos, y que se consume en sí misma, le sirve al ex ministro de fortín y empalizada para resistir todos los embates que le llegan desde la ciudadanía y la política.
Seguimos esperando que algún partido se tome en serio este desafuero y no olvide su compromiso social y su discurso sobre sostenibilidad y medio ambiente, en vez de seguir siendo cómplice y parte del desaguisado. Unidas Podemos dice que pretende solucionarlo a través de enmiendas a la nueva ley turística, que introdujo este disparate de las actividades complementarias que provocaron el incendio que ahora padecemos. Ojalá tengan el coraje de presionar para llevarlo a cabo, pero permítanme cierto escepticismo. El absoluto silencio que ha seguido a su anuncio, de alguna forma, alimenta la desesperanza.
Estos días, abriendo la prensa por la mañana, el desayuno no se me ha atragantado de milagro con las noticias relativas a esta campaña contra el turismo de excesos que desarrollan el Govern balear y el Reino Unido, y que en Ibiza fue presentada en el Hostal La Torre. Dicha campaña pone nuevamente en el disparadero la playa de s’Arenal y Magaluf, en Mallorca, y el West End de Sant Antoni. Dicha campaña constituye un insulto a la inteligencia, además de una irrealidad, ya que ahora es nuestro particular oligarca y sus imitadores de las playas quienes concentran el turismo de excesos en horario diurno. Comparar lo poco que ocurre hoy por hoy en el West End con aquello que acontece en estos otros lugares es una broma de mal gusto y ganas de echar sal en la herida.
Sorprendió, por cierto, la presencia y el protagonismo del conseller Agustinet en la presentación de dicha campaña, pues ya me dirán ustedes que pinta el responsable balear de Movilidad y Vivienda en un asunto puramente turístico y de seguridad. Sobre todo porque él es uno de los principales artífices de que el turismo de excesos se haya expandido por toda la costa de su municipio, cuando ejercía como alcalde.
Volviendo al ‘Party Gate’, el revuelo mundial organizado por las fiestas de Downing Street no ha alterado, sin embargo, la inmunidad documental de posibles denuncias y seguimientos que viajan en valija diplomática en la cartera del exministro Matutes, ya en excedencia, pero con sus fueros vigentes activos… Dado que los detectives y policías ibicencos tienen el gps averiado y desconocen cómo llegar a Platja d’en Bossa, debería haber sido Scotland Yard quien investigara nuestro particular ‘Party Gate’ en la zona. Tal vez así nuestras transgresiones hubiesen quedado tan expuestas como las británicas. Y mientras tanto, en la prensa libre, con su libertad de expresión, todos mudos.
‘Quid prodest’ es una expresión latina que popularizó Cicerón y que literalmente significa “¿a quién beneficia?”. Pues eso, en Ibiza, ‘quid prodest’.
Pepe Roselló
Verdades como puños.
Apesar de no sentir afinidad por este señor, reconozco que está diciendo verdades INDISCUTIBLES.
Mafia pepera!!
Te rao amb lo que diu pero li record que vosté també es va beneficiar per sa falta de reglamentació amb materia de horaris i de tancament d’espais….igualment li donc sa rao amb lo que exposa….
Miente más que habla. Y si alguien hace ‘cadufos’, es él. No tiene ni idea por lo que fue despedido Agustín Sintes. No invente, señor.
¿Porque fue despedido Sintes?
Vaya fijación tiene este señor con Matutes y ushuaia
Lo que es, es. Aunque todos lo sepamos, parece que solo Pepe Roselló se atreve a decir la verdad. Isla de vendidos es lo que somos. Y ellos lo saben. Gracias Pepe.
A este ¨señor» el cambio de modelo del ocio le ha pillado a contra pie , sin capacidad de maniobra ni reacción , y de la noche a la mañana se ha visto fuera del negocio. Eso es todo lo que le pasa. Se ha pasado por el forro los excesos -hasta la muerte en muchos casos – en su Space , pero ahora brama contra molinos de viento mientras sufre viendo el dinero que otros están ganando mientras él se queda «como un burro amarrado a la puerta de un baile».
Valiente Pepe…todos sabemos de sobra la mafia que va destruyendo la Isla, a su antojo y beneficio.