No hay día en que no nos llevemos un buen susto. La isla cuenta con 10.844 piscinas, según informa Diario de Ibiza. Los agricultores de la isla que quedan sin agua y no pueden cultivar, según Nou Diari (30 ago 2024). Mientras que el presidente de la cooperativa agrícola de Sant Antoni, Toni Tur, señala que la situación es crítica y anima a hacer algo con urgencia, señala en el Periódico.
Ya no son conjeturas. Desde hace más de una década, grupos ecologistas de la isla junto con los profesionales del campo auguran una situación terrorífica similar. La falta de agua potable en la isla puede suponer no sólo la desaparición de la agricultura, sino el nacimiento de una situación completamente caótica de la que el turismo sería uno de los principales sectores implicados, y con él toda la economía pitiusa.
¿Cómo se puede permitir que se hayan autorizado tantas miles de piscinas (casi 11.000) entre ellas muchísimas enormes que consumen diariamente miles de toneladas de agua solo para la reposición del nivel habitual? Eivissa tiene dinero para pagar su construcción y su llenado, siempre y cuando haya suficiente agua para que sus usuarios puedan bañarse media docena de veces en verano sin tener que ir a la playa de al lado.
¿Cómo no nos cae la cara de vergüenza ante tal despropósito? ¿Por qué las autoridades municipales y sobre todo las insulares no han podido detectar tal anomalía y actuar en consecuencia, ellos o exigirlo a quien competencialmente le corresponda? Recordemos que hace más de diez años que se anuncia un caos similar y no se ha hecho nada de nada para remediarlo. Ante semejante y gravísima situación es necesario y extremadamente urgente llegar a un acuerdo insular con todas las instituciones públicas en primer lugar, y campesinos e ibicencos en general para evitar que los acuíferos de la isla queden mermados y su uso sea del todo inútil.
Del agua vivimos todos. Los agricultores aseguran que los acuíferos se encuentran al 30% de su capacidad y añaden que muchos de ellos están pensando en reducir o parar su actividad. No piden ayudas porque creen que son completamente inútiles si falta agua; piden soluciones que reviertan el actual despilfarro de agua potable.
Toda persona que resida en la isla, aunque sea por un día, consume agua y es preciso actuar de forma inmediata para eliminar cualquier abuso porque el campo y la isla necesitan el agua como único elemento que permite la vida tanto de vegetales, como animales y personas.
No quedará más remedio y más pronto que tarde, que limitar el uso del agua a aquellas labores que resultan imprescindibles para el conjunto de la población. Habrá que limitar de forma urgente y universal el llenado de piscinas, al menos hasta que los recursos hídricos estén a un nivel superior al 75%. Para ello habrá que disponer, publicar y hacer cumplir este mandato y si no puede hacerlo el Consell por no disponer de competencias, habrá que ir al Govern o al Gobierno central con el fin de poner orden en materia de agua en una isla donde el caos y el cachondeo mana por doquier. En este caso, se trata de una cuestión de vida o muerte, hay agua o hay miseria.
Debemos elegir.
Ciudad sin ley y dingun político que. Dimire