En todos los ámbitos de la vida uno se encuentra a gente que no está capacitada para desempeñar el cargo que ocupa. No todos tenemos la suerte de estar adornados por cualidades que son necesarias para ejercer determinadas responsabilidades, lo cual no es bueno ni malo, pero es preciso conocer las propias limitaciones y ser lo suficientemente humilde como para aceptarlas con resignación y no querer abarcar por encima de tus posibilidades. Si uno no es capaz de hacerlo, la vida acaba por ponerte en tu lugar, usualmente cosechando algún duro revés que todo el mundo observa para comprobar lo erróneo de tu posición.
Es el caso de la ministra de Igualdad, Irene Montero. Pero no sólo de ella, sino también de su equipo en el Ministerio de Igualdad, singularmente de la secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez. Y por extensión, todas aquellas y aquellos que participaron en la redacción de la ley conocida como ‘solo sí es sí’, una chapuza jurídica, como ahora se comprueba, que pese a las insistentes advertencias de tantos expertos sobre los peligros de rebaja de penas para los condenados por abusos sexuales que dicho texto suponía, con una soberbia y una arrogancia a prueba de bombas, se negaron a atender.
También en Baleares se han producido casos de rebaja de penas. La Audiencia Provincial ha ordenado la excarcelación inmediata de dos presos que cumplían una pena de tres años de prisión por dos agresiones sexuales sin penetración tras revisar los dos casos. De forma que ya tenemos casos en Madrid, Murcia, Galicia y Baleares, lo cual descarta que se trate, como torticeramente ha apuntado la ministra Montero, de la interpretación machista de “jueces que no están cumpliendo la Ley”. Por el contrario, todo apunta a que la ley impulsada por su departamento, es una chapuza sin parangón, que justamente en su aplicación se ha revelado como un coladero para la impunidad de agresores sexuales.
A Irene Montero sólo le queda una salida digna: dimitir. Pero no confíen en ello, porque a la vista de sus declaraciones y las de otros compañeros de gabinete, optará por la huida hacia delante y se enrocará en el error, culpando a los jueces de las consecuencias de la aplicación de una ley que jamás debió ser aprobada. Y de este tremendo desaguisado que nos coloca en la inaudita y bochornosa situación de ver a una ministra del Gobierno de España afirmando públicamente que los jueces no cumplen la Ley, hay que responsabilizar también a todos aquellos diputados y senadores que votaron favorablemente este bodrio de ley que supone la excarcelación de violadores.
A todos ellos, que son igual de responsables que Irene Montero, démosles la enhorabuena. Y felicidades a los reos que gracias a la aprobación de una norma legal que jamás debió ver la luz, se ven ahora libres, para escarnio de sus víctimas y de toda la ciudadanía.
Será un acercamiento hacia la iglesia, para que violadores y pederastas dentro de ese organismo puedan seguir «ejerciendo» tranquilamente?…
De momento no lo sabemos, seguramente los «periodistas neutrales» de la actualidad nos formen el relato.